ME PERDÍ
Me perdí entre tus dedos y tus labios
persiguiendo lo imposible.
Tropecé.
Y tu aliento me hizo girar y retorcerme
y caer.
Me perdí cuando te escribía.
Cuando te amaba.
Y la esencia de lo imposible, me envolvía
sí, cuando te quería.
Regresé al que fue mi profundo abismo
Y cuando caía iba encontrando
las letras de tu voz ..
y las sábanas del revés
y la piel helada sin tus manos.
Me perdí una vez, y otra..
y no me hallaba.
Y arrancaba páginas al día.
Y los compases se escribían densamente, y en minúsculas
Y ya vino la tarde, y la noche
Y me encontraron tejiendo sueños,
Mudos, escritos en los velos de la ira..
Y hoy renace mi aliento
y toco la tierra, atisbando el día,
su sabor húmedo
y el denso presente,
que lento saborea
el recuerdo de mi mente
perdida.
Mar
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Los seres humanos somos, en esencia, un tejido de lenguaje. Es más, del lenguaje de los otros, aquél que ya nos tenían confeccionado antes de nacer. Desde que nos nombran comienza nuestra incursión en ese discurso que determinará nuestra puesta en escena en el escenario del ámbito social. El lenguaje no sólo implica la palabra, que se quedaría en sonido más o menos articulado, implica la intención hacia «algo». No son los objetos los que dieron origen a nuestro lenguaje, es el lenguaje quien puso nombre a las cosas.
La poesía sería, es, una forma de desembarazarnos de toda huella mnémica que de ese discurso nos «estorba», pese a la nostalgia que nos pueda provocar.
La poesía es la metáfora, el símbolo, de manifestar lo que nos sobra para ser quienes deseamos. En muchas ocasiones es el holograma de una pulsión que empuja desde otrora y, paradójicamente, la recreación del malestar que nos produce ser como nos «fabricaron».
A través de esa fórmula, entre líneas, vamos deambulando con el propósito de des-objetivizarnos en pos del reclamo de transformarnos en el sujeto que seríamos sin el premeditado discurso de los otros.
La poesía es una protesta del cuerpo dolido, de la tensión que no se pudo descargar y quedó inscrita en nuestra psique, memorizada en la estructura anímica….
Julia Llorente.
Magnífico texto querida Julia. Propio de ti. Me encanta, y estoy de acuerdo absolutamente. Gracias por tus aportaciones. Sigo esperando tu opinión en este mi mundo virtual. Un abrazo.